Por Melissa Chavana
La crisis sanitaria que estamos experimentando hoy en día debido al coronavirus COVID-19, ha cambiado nuestras vidas completamente. Sin embargo, no podemos dejar de lado el hecho de que el sector salud de cada país está haciendo todo lo posible para diagnosticar, tratar, curar y mantener con vida a los pacientes infectados con los recursos médicos disponibles.
Mientras que el número de pacientes infectados de coronavirus sigue en aumento, los recursos médicos utilizados para su adecuado tratamiento también continúan agotándose conforme pasan los días. Pero, ¿qué está pasando con los residuos médicos que se han generado debido a la pandemia del coronavirus?
¿Qué son los Residuos Médicos?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el término residuo médico hace referencia a todos los desechos producidos durante actividades de atención a la salud o de diagnóstico médico (WHO, 2017).
Además de hospitales y centros de salud, existen otros lugares donde también se originan residuos médicos como laboratorios, centros de investigación, morgues, centros de autopsias, bancos de sangre y casas de retiro para ancianos (UNEP, 2018).
Cerca del 85% de los residuos que se generan en las instalaciones médicas presentan características similares de residuos domiciliarios, es decir, no reflejan peligro alguno. Esto se debe porque dichos residuos son generados a partir de actividades administrativas, durante la preparación de alimentos en las cocinas de las instalaciones, a partir de funciones de limpieza o mantenimiento, entre otras (WHO, 2017).
No obstante, el 15% de los residuos médicos restantes es considerado como peligroso, ya que puede representar un factor de riesgo tanto para la salud como para el medio ambiente al presentar características tóxicas, radioactivas o infecciosas (WHO, 2017).
Un tercio de los residuos médicos peligrosos entran en la categoría de químicos radioactivos, los cuales hacen referencia a productos contaminados por radionucleidos, como material utilizado durante diagnóstico radiactivo o radioterapia (WHO, 2017; WNA, 2020).
No obstante, la mayor parte de los residuos médicos peligrosos son categorizados como infecciosos (WHO, 2017). Mientras que algunos de éstos pueden generarse a partir de la contaminación de material médico con sangre o fluidos corporales; otros son producidos durante la preparación de cultivos de agentes infecciosos o trabajos de laboratorio como autopsias. Particularmente, los residuos generados durante el tratamiento de pacientes infectados, por ejemplo, a partir del uso de hisopos, vendas o dispositivos médicos desechables como las mascarillas de protección, también forman parte de residuos contaminados de carácter peligrosos. (WHO, 2018)

Figura 1. Ejemplo de residuos Médicos (OR Today Magazine, 2020)
¿Cuál era la generación de residuos hospitalarios antes del coronavirus?
De acuerdo con Minoglou et al. (2017), la unidad más utilizada para expresar la generación de residuos médicos es kg de residuos médicos por cama hospitalaria por día. Particularmente, una evaluación de los datos de la tasa de generación de residuos médicos a nivel mundial muestra que en los hospitales se producen alrededor de 0.5 kg por cama al día. No obstante, dicha cifra y la composición de la corriente de residuos médicos depende del contexto local, ya que se ha observado que países con ingresos más altos tienden a tener tasas de generación de residuos hospitalarios mucho más altos (UNEP, 2020).
Tal como se puede observar en la figura 2, y tomando en cuenta la información publicada disponible, mientras que EUA y Canadá tenían una generación de residuos médicos de por lo menos 8 kg por cama por día, la región latinoamericana generaba en promedio 3 kg de residuos médicos por cama hospitalaria en un día.
Figura 2. Generación de Residuos Hospitalarios a nivel mundial (Adaptado de Minoglou et al., 2017)
¿Cómo se gestionan los residuos hospitalarios?
La correcta gestión de los residuos médicos comienza desde la segregación apropiada de los mismos en el punto de generación, es decir, las instalaciones médicas donde se hayan utilizado los recursos para diagnóstico o tratamiento de pacientes. De acuerdo con la OMS y la UNICEF (2019), existen por lo menos tres categorías que pueden utilizarse para la correcta segregación de los residuos médicos hospitalarios.
Dichas categorías son residuos médicos generales no peligrosos, residuos médicos con carácter infeccioso y residuos médicos punzocortantes. Aunado a esto, los residuos de carácter infeccioso y punzocortantes deberán ser almacenados de forma segura y posteriormente llevados a sitios de tratamiento de residuos peligrosos y disposición final controlada, con la intención de evitar la contaminación o propagación de enfermedades (WHO-UNICEF, 2019).
Una vez que los residuos médicos peligrosos han sido llevados a las instalaciones de procesamiento, existen cuatro procesos básicos que intervienen en el tratamiento de residuos médicos peligrosos: procesos térmicos, químicos, irradiativos y biológicos (UNEP, 2020).
Los procesos térmicos incluyen incineradores o gasificadores; los procesos químicos ocurren a partir del uso de soluciones de cloro, hipoclorito de sodio y cal o con gas de ozono; los procesos irradiativos suceden a partir del uso de rayos de electrones, cobalto-60 y rayos ultravioletas para eliminar patógenos; mientras que los procesos biológicos se basan en el principio de degradación de residuos orgánicos a partir de composta, vermicultura, biodigestión y descomposición natural por entierro (WHO, s.a.).
Si bien la gama de tecnologías que se utiliza en el tratamiento de los residuos médicos peligrosos depende de las circunstancias locales y de las políticas ambientales y de salud pública; solo dos tercios de los hospitales a nivel global ofrecen servicios básicos de gestión de residuos médicos, mientras que solamente el 80% de dichos residuos es procesado correctamente (WHO-UNICEF, 2019).
En el contexto latinoamericano, por ejemplo, solo el 49% de las instalaciones médicas en Ecuador ofrecían el servicio básico de gestión de residuos médicos, es decir, correcta segregación en por lo menos tres contenedores en el 2016. Para el caso de Perú y Paraguay, la gestión básica de residuos médicos alcanzó solamente el 28% y 6% respectivamente (WHO-UNICEF, 2019).
¿A qué se debe la gestión incorrecta de residuos hospitalarios?
Existen múltiples factores que influyen en la incorrecta gestión de residuos médicos tanto peligrosos como no peligrosos. En primera instancia se encuentra la falta de información referente a los riesgos en la salud que la mala gestión de los residuos puede provocar. Aunado esto se incluye la falta de capacitación del personal médico, así como por parte de los empleados de empresas prestadoras de servicios de recolección tratamiento y disposición final de residuos médicos (WHO, 2018).
De igual forma, otros factores que influyen en la mala gestión de residuos médicos peligrosos radican en la falta de políticas nacionales y sistemas de gestión de residuos peligrosos, la carencia de recursos financieras y de personal, así como también la baja prioridad asignada a los problemas de salud relacionados con la mala gestión de los mismos (WHO, 2018).
Efectos de una gestión incorrecta de residuos hospitalarios
La gestión incorrecta de los residuos médicos representa un gran riesgo de salud debido a la posible transmisión de enfermedades. Esto quiere decir que no solo los mismos médicos o empleados del sector salud están expuestos a contagio de infecciones. Una incorrecta separación y almacenamiento de los residuos médicos puede resultar en origen de contagio tanto para pacientes y familiares, así como también para empleados de las empresas proveedoras de servicios de gestión de residuos, recolectores informales en vertederos abiertos, así como la comunidad en general (UNEP, 2020)

Figura 3. Vertedero de Residuos Médicos en Bangladesh (Khan, 2012).
De igual manera, la falta de recursos e instalaciones destinadas a la correcta gestión de residuos médicos, así como residuos sólidos urbanos en general, provocan que prácticas como la quema a cielo abierto, así como la incineración no controlada de los residuos sean utilizados de forma recurrente para disminuir el volumen de los mismos. Tales acciones, además de poner en riesgo a las personas encargadas de dichas prácticas, contribuyen a la generación de contaminantes tóxicos como dioxinas, furanos, cenizas y material particulado (WHO, 2018; UNEP, 2020).
Efecto del COVID-19 en la generación de Residuos Hospitalarios
Dada la peculiaridad del coronavirus, es decir, enfermedad respiratoria altamente contagiosa, es necesario hacer uso de equipo de protección para evitar la propagación del virus tanto entre médicos como en pacientes. Mientras que el uso de máscarillas respiratorias resulta vital para el personal de salud, también lo es el uso de guantes, caretas, y batas protectoras, entre otros recursos. Todo esto sin contar con el material necesario para diagnosticar y tratar a los pacientes infectados con el COVID-19, además de otras enfermedades.
Dado que el coronavirus es capaz de sobrevivir por varias horas en superficies, el uso de productos de limpieza como gel antibacterial, jabón, alcohol y toallitas desinfectantes va en aumento. Sin embargo, todo ese material utilizado termina acumulándose como residuos médicos que deben ser desechados de manera segura.
Tan solo en la región de Wuhan, lugar de origen del coronavirus, la generación de residuos médicos pasó de 40 a 240 toneladas diarias de residuos médicos durante la propagación del virus. Es decir, se incrementó en un factor de seis en tan solo unos meses. Debido a la falta de capacidad de tratamiento, el gobierno tuvo que crear 46 instalaciones móbiles para el tratamiento de los residuos hospitalarios, así como también realizó la construcción de una planta de tratamiento de residuos capaz de tratar 30 toneladas diarias (Zuo, 2020).

Figura 4. Residuos médicos en el Hospital Wuhan Union. (Xinhua, 2020)
Si bien aún no es claro el efecto que el coronavirus traerá en cuestión de residuos médicos en otras regiones del mundo, esto no quiere decir que la tasa de generación de los mismos no vaya en aumento. En el contexto latinoamerico dicha situación resulta alarmante, ya que aún existen muchas deficiencias relacionadas con la correcta gestión de los desechos sólidos recolectados.
Debido a la falta de instalaciones y programas ambientales enfocados en la correcta gestión de residuos sólidos urbanos, casi un tercio de los mismos terminan siendo desechados o quemados en vertederos de cielo abierto (ONU Medio Ambiente, 2018). Por lo tanto, existe un gran riesgo de que la falta de control ambiental propicie que los residuos hospitalarios terminen también siendo dispuestos en los tiraderos informales, propagando aún más la infección en las comunidades vulnerables.
Consideraciones
Por un lado, es importante tomar en cuenta la jerarquía de la gestión de residuos. Si bien es imposible evitar la generación de los desechos médicos, ya que se necesitan llevar a cabo protocolos de salubridad para evitar contagio y propagación de enfermedades, también es importante identificar actividades y recursos médicos que podrían ser de materiales no desechables.
Particularmente en el caso del coronavirus, podría sugerirse un cambio en el uso de mascarillas protectoras desechables N95 por mascarillas de respiración reutilizables. Esto se debe porque las mascarillas reutilizables ofrecen el mismo nivel de protección que las N95, con la diferencia de que las reutilizables se pueden desinfectar constantemente y tienen una vida útil de meses (Slack & Pulver, 2020).
Aunado a esto, es importante considerar la segregación de los residuos médicos generales de los peligrosos, ya que, además de disminuir la cantidad de desechos que se necesitan tratar apropiadamente, también contribuye a disminuir los riesgos de salud asociados con la disposición ilegal de los mismos (WHO-UNICEF,2019). Para el caso de personal encargado de manipular los residuos hospitalarios, la OMS señala que éste debe de portar equipo de protección personal adecuado, incluidas botas, delantal, batas de manga larga, guantes gruesos, máscaras y gafas protectoras (WHO, 2020).
Es evidente que para realizar dicha gestión de los residuos médicos es necesario llevar a cabo una capacitación constante. Además, también se requiere de una planificación adecuada, presupuesto, evaluación continua, así como también de una documentación y registro de prácticas necesarias y más actualizadas referente al control y eliminación del virus (UNEP, 2020).
Dichas consideraciones, además de minimizar considerablemente la generación de residuos médicos peligrosos y fomentar el reciclaje de material en lo posible, permitirá también que el coronavirus no sea propagado a través de la cadena de gestión de los desechos, así como también dentro de las comunidades más vulnerables dedicadas a la recolección informal de residuos en vertederos abiertos. Particularmente, la correcta gestión de residuos de carácter infeccioso, contribuye también a que microorganismos resistentes a medicamentos, por ejemplo, no sean liberados al medio ambiente.
Referencias
Minogliu, M., Gerassimidou, S. & Komilis, D. (2017). Healthcare waste generation worldwide and its dependence on socio-economic and environmental factors. Sustainability.
ONU Medio Ambiente. (2018). Perspectiva de la gestión de residuos en América Latina y el Caribe. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Shutterstock.com Oficina para América Latina y el Caribe. Ciudad de Panamá, Panamá. Disponible online en: https://wedocs.unep.org/bitstream/handle/20.500.11822/26448/Residuos_LAC_ES.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Slack, D. & Pulver, D. V. (6 de Abril 2020). Reusable respirators protect doctors and nurses against coronavirus, they aren’t in the national stockpile. USA Today. Disponible online en: https://eu.usatoday.com/story/news/nation/2020/04/03/coronavirus-national-stockpile-disposable-n-95-face-masks-reusable-respirator/5118669002/ (consultado el 12 de Abril 2020).
UNEP. (9 de Abril 2020). Healthcare waste: what to do with it?. Disponible online en: https://www.unep.org/news-and-stories/story/healthcare-waste-what-do-it (consultado el 12 de Abril 2020).
WHO. (2017). Safe management of wastes from health‑care activities A summary. Ginebra. Disponible online en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/259491/WHO-FWC-WSH-17.05-eng.pdf?sequence=1
WHO. (2018). Health-care waste .Disponible online en: https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/health-care-waste (consultado el 11 de Abril 2020).
WHO. (s.a.). Module 15 non-incineration treatment and disposal. Disponible online en: https://www.who.int/water_sanitation_health/facilities/waste/module15.pdf?ua=1 (consultado el 11 de Abril 2020).
WHO-UNICEF. (2019). WASH in health care facilities: Global Baseline Report 2019. WHO & UNICEF. Ginebra. Disponible online en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/311620/9789241515504-eng.pdf?ua=1
WNA. (Febrero 2020). Radioactive Waste Management. Disponible online en: https://www.world-nuclear.org/information-library/nuclear-fuel-cycle/nuclear-wastes/radioactive-waste-management.aspx (consultado el 11 de Abril 2020).
Zuo, M. (12 de Marzo 2020). Coronavirus leaves China with mountains of medical waste. South China Morning Post. Disponible online en: https://www.scmp.com/news/china/society/article/3074722/coronavirus-leaves-china-mountains-medical-waste (consultado el 13 de Abril 2020).